Aunque caiga la noche;
aunque el imán ya esté
llamándonos al rezo;
hoy no me duermas,
no me cuentes más cuentos,
quiero estar bien despierta.
Aunque caiga la noche;
quiéreme sin palabras,
bésame sin los labios
que ayer gastaste
hablando con los viejos mercaderes
del bazar de los sueños.
Aunque caiga la noche;
cúbreme de canela,
de pimienta, de clavo, de claveles…
y danza para mí,
cuando caiga la noche.
Turquesa es tu mirar,
aunque caiga la noche.
Turquesa como el agua
del Estrecho del Bósforo.
© Esther Garboni, 2006.
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