domingo, 7 de junio de 2020

sábado, 6 de junio de 2020




Os dejo un fragmento de la reseña que, del puño de la prestigiosa Bestia Lectora, ha aparecido en "Poemas del alma": 

La herida que hace sombra

«A mano alzada» es un poemario dividido en tres partes. Cada una de ellas lleva el nombre de una técnica gráfica que le sirve a la autora para plasmar una idea sobre la que tratan los poemas de esa sección. A grandes rasgos podríamos decir que es un libro que usando como punto de partida aspectos relacionados con la identidad, va asomándose a la herida que provoca la búsqueda de esa inquietud, hasta desembocar en la poesía, ese espacio donde las preguntas cobran forma y color.
La primera parte se llama «Aguafuerte», donde el tiempo da valor a la idea y la búsqueda consiste en dar con la imagen invertida; después, viene «Pincel seco», que exige volver con insistencia sobre la obra entendiendo que menos es siempre más; y por último, «Invinación», donde el mejor resultado dependerá del uso que se haga de todos los sentidos sensoriales. Así, a través de la lectura podemos aferrarnos a una mirada inquietante sobre la vida y sus aristas.
¿Por qué relacionar la pintura con el dibujo? Hay también respuestas para eso en este libro. A través de sus poemas, Garboni nos va ilustrando el mapa de la vida, del crecimiento y el cómo la poesía se acerca a nosotros y permite crear una representación no sólo del mundo que nos ha tocado sino también del que nos gustaría. Y en ese sentido la palabra es pintura, herramienta imprescindible para construir un universo en el que sentirnos en casa.
Pero Garboni va todavía un paso más allá, y así como en la técnica del pincel seco donde menos es siempre más, ocurre igual en la vida. Porque la herida aunque duele puede ser vista desde diferentes perspectivas, escrita, tocada, pintada, y al hacerlo podemos transferir esa conciencia del duelo a un nuevo cuerpo, a una nueva idea de la vida, de la experiencia, dejar atrás, eso que se dice tan rápido. Pero con trabajo, paciencia y poesía es posible,
Pero ¿quién dijo que pintar o escribir era cosa de un día? Y en este punto podemos encontrar similitudes entre la escritura y la pintura, con la técnica del pincel seco que exige volver una y otra vez sobre la obra, para perfeccionarla, algo sólo posible con paciencia y trabajo. Un buen consejo, que vale para la vida y también para la poesía.
Así, la construcción de una identidad que evolucione según pasan los años y la experiencia para poder sentir-decir que ya nada queda más que la jaula de aquella que fuimos, el recuerdo de no haber sido felices, de haber vivido en la mentira, en la satisfacción de los deseos y expectativas que otros habían tallado sobre nuestra piel. Garboni vuelve una y otra vez sobre esta idea, tan cultural, tan antigua, y tan contemporánea.


Para leer completa la reseña de la prestigiosa crítica literaria, Tes Neuen, Bestia Lectora, en Poemas del alma, pinchad en el enlace:

https://www.poemas-del-alma.com/blog/especiales/alzada-esther-garboni

Os dejo un fragmento: