miércoles, 28 de agosto de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
miércoles, 14 de agosto de 2013
CARPE DIEM
Los días mayores
son como este.
Hoy somos más viejos que nunca.
Pero bajo del taxi y pienso:
Nunca seré tan joven como hoy.
De Esther Garboni en "Tarjeta de embarque".
jueves, 11 de julio de 2013
AL OTRO LADO DEL ESTRECHO
Derviches de Tarifa
que en su baile confunden, lisonjeros,
con levante al poniente.
Girando al son del viento,
cantan promesas de otra vida
y se asoman sin vértigo,
al Estrecho teñido
con la sangre de aquéllos
que apostaron heridas
a un caballo ya muerto.
Un hombre hoy se ha lanzado
a este mar de lamentos.
Perdidas las sandalias,
el miedo le ha hecho ciego.
De aquí a su tumba sólo quedan
apenas dos brazadas de un molino de viento.
jueves, 20 de junio de 2013
El primero de la clase. Lección de ortografía metafísica.
Ha llegado el primero,
no sabe adónde.
¿Y a dónde sus pasos van?
A donde nadie lo encuentre.
¿Dónde está ese lugar?
Yo no sé dónde.
Lo buscaré donde el sol se esconde,
donde el hambre yace,
donde la palabra muere
y se extingue el miedo.
¿Y volverá a escapar?
Sí.
Ese es el don del viento.
jueves, 13 de junio de 2013
sábado, 8 de junio de 2013
EXISTENCIALISMO COTIDIANO
Y mostrándole su foto dijo:
-Esta soy yo.
-"Soy" es un verbo en presente- alegó él.
-Bueno, esta era yo.
-"Era" es el mismo verbo en pasado, pero en imperfecto, lo que significa que es una acción no acabada, que continúa en el tiempo.
-Bueno, pues esta fui yo.
-No estás muerta...
-¡Jo! Si yo solo quiero que me digas que te gusto...
-Esta soy yo.
-"Soy" es un verbo en presente- alegó él.
-Bueno, esta era yo.
-"Era" es el mismo verbo en pasado, pero en imperfecto, lo que significa que es una acción no acabada, que continúa en el tiempo.
-Bueno, pues esta fui yo.
-No estás muerta...
-¡Jo! Si yo solo quiero que me digas que te gusto...
miércoles, 29 de mayo de 2013
CUALQUIER VIERNES
Se alisa la
falda con las manos en un gesto nervioso y mil veces repetido, un gesto heredado,
un gesto recatado e inseguro. Mientras tanto, en el mismo banco, a escasos
centímetros de ella, él retuerce el chapiri como quien quiere sacar jugo a ese
trozo de tela, sin mirarla a los ojos en ningún momento y sin despegar la
barbilla del pecho. Va cayendo la tarde de diciembre en el paseo del pueblo. Y
va cayendo el año. Poco le queda a 1953, piensan ambos y no se lo dicen.
Frente a
ellos, un hermano pequeño los acompaña, tal y como le ha pedido su madre,
mientras juega desganado a dar patadas a las piedras y a contar los coches que
van pasando por la nacional. No comprende nada de lo que pasa, ni tiene interés
por hacerlo. Solo juega a lo que puede y cumple con lo que se le ha mandado:
vigilar el buen nombre de su hermana, como si a sus 7 años eso le importase.
Empieza a hacer frío, huele a candela de encina y ya hace rato que no pasa
ningún coche. Estaría mucho mejor en casa, piensa, pero no lo dice.
Premeditadamente,
ella coloca con sutileza su mano izquierda sobre el último listón de madera del
banco y él, tímidamente, deja caer la suya. Rozan sus meñiques y miran al horizonte.
Parece que va a llover. Pasan vecinos corriendo travesía arriba, pero ellos, inmóviles
y anhelantes, son incapaces de reaccionar. Han oído decir que los besos robados
son los mejores. Él no se atreverá. Ella nunca se lo pediría.
Ambos
piensan en que al fin es viernes, que ha pasado el arresto que parecía eterno e
igualmente pasarán los 18 meses de servicio. Un viernes como cualquiera, sí,
idéntico a cada uno de los viernes que han vivido juntos. Los mismos sitios,
los mismos gestos, las mismas situaciones…
Un viernes, en
cambio, que no se volverá a repetir. Porque la vida avanza lenta e
imperceptiblemente, modificada con asombrosa levedad por hechos aparentemente
cotidianos, cambiando el devenir de los acontecimientos pausadamente, sin que
lleguemos a darnos cuenta de ello, de la misma manera que no percibimos que bajo
nuestros pies la Tierra gira.
En esta
ocasión, ella ha sacado delicadamente un pañuelo inmaculado del escote de su
blusa y se lo ha alargado a él cuando ha tosido:
-Te vas a
resfriar- ha dicho sin mirarlo.
Él lo ha
tomado sorprendido y, después de sostenerlo en su mano como si quemase, lo ha
guardado en su bolsillo, desconcertado y desconcertante, mientras ella ha
vuelto a alisar su falda con las manos.
No lo saben
aún, pero, después de esto, ya nada será igual.
Y sin embargo, este es, para
todos, un viernes cualquiera.
martes, 30 de abril de 2013
Primera lección de vida
-Tu bebé está empezando a comprender muchas cosas acerca de
cómo funciona su mundo -me dijo-. Algunas de estas cosas te pueden parecer muy básicas, pero para tu bebé son grandes descubrimientos.
-¿A qué te refieres?
-Por ejemplo, a la
"permanencia de las cosas", o comprender que un objeto continúa
existiendo incluso si desaparece de su vista. Antes se ponía nervioso cuando tú no
estabas, ¿verdad? No
comprendía adónde te habías ido. Pero ahora sabe que, cuando te cubres la cara, sigues estando ahí y le encanta descubrir que está en lo cierto, cuando te
quitas las manos del rostro. También sucede que, cuando tu bebé deja caer un juguete o su
chupete fuera de la cuna, mira el suelo para ver si lo encuentra, mientras que
antes lloraba porque ese objeto se había ido "para siempre".
-Ha descubierto, entonces, que nada ni nadie desaparece para siempre; que también existe lo que no vemos; que lo que ha sido, es y será; que el tiempo y el espacio son parámetros relativos...¿Y cuándo lo olvidará?
-Lo que ha aprendido es a buscar.
viernes, 26 de abril de 2013
“Realidad y ficción. Verosimilitud narrativa y autenticidad poética”
¿Qué hay de
realidad en la narrativa y qué hay de narrativa en la realidad?
Desde el
origen de los tiempos, el ser humano ha sentido la necesidad de contar cosas,
de relatar, de narrar… Y no sólo de manera literaria. La mayor parte de la
producción narrativa se encuentra en nuestro día a día, en nuestra
cotidianeidad.
Producimos
narraciones en todas las facetas comunicativas : al relatar cómo nos ha ido el
día al llegar a casa, al comentar un incidente que ha sucedido en la calle, al
contar un chiste, al subir un comentario a
internet en cualquiera de las redes sociales…
Narramos a diario y, en ocasiones, de forma compulsiva.
Hay narradores
magníficos que nunca han escrito ni una coma. Hombres y mujeres que saben
narrar de manera natural, que conocen las técnicas narrativas, sin necesidad de
haber estudiado nunca narratología, que son capaces de enganchar a su
interlocutor con el relato de un hecho nimio, o que hacen de un acontecimiento
habitual algo memorable.
Muchos de los
hechos narrados por estas personas pudieron ser verdad, mientras que otros
sufrieron el sesgo de la ficcionalización. Sin profundizar en ello, diremos que
simplemente la hipérbole o exageración de los hechos puede ser ya un método de
ficcionalización.
En el momento
en que la ficción entra en juego, podemos hablar ya de literatura, bien sea
oral, bien sea escrita, y sin entrar, por supuesto, en juicios de calidad.
En cualquier
caso, la literatura es una manera de sublimar esta necesidad del ser humano,
pero no podemos cometer el error de confundir lo real vivido y lo real por
convención literaria.
Para ello,
habría que aclarar, en un primer momento, el concepto de verosimilitud y
recordar que se trata de uno de los pactos de lectura que se establecen entre
autor y lector.
Y es que la
realidad y lo verosímil no siempre van de la mano, ya que hay cosas muy
verosímiles en la ficción que pueden no suceder nunca en la realidad, y a la
inversa, cosas reales imposibles de creer que pudieran haber sucedido. Es
decir, a veces, lo real no es verosímil, en igual medida que lo verosímil no es
real. Como le decía a un amigo: “Me pides que escriba de mi vida y no lo hago,
pues muchos de los acontecimientos que he vivido resultan tan extraordinarios,
que pueden parecer, de tan inverosímiles, puro delirio, puro disparate.”
Sin embargo, gracias a este pacto
de lectura del que hablamos, todo lo que leemos nos parece posible y no hay
nada ante lo que digamos, "esto no podría suceder".
Puede haber, por
supuesto, algo inverosímil dentro de un relato verosímil, por ejemplo, un
monstruo de tres cabezas. Pero, una vez aceptado el monstruo, todo lo demás es
razonable, lógico, congruente. El lector
imagina y se compromete en los mundos planteados, por ello se habla de “pacto”,
ya que el receptor no tiene interés por comprobar si lo que lee es posible, de manera que se genera así una relación de complicidad entre lector y
obra literaria.
Con
independencia del grado de irrealidad del texto, el receptor, no obstante,
tratará de buscar verdades universales tras las mentiras literales de la
ficción. Ahí radica la grandeza. En la verdad que hay detrás de la mentira.
El problema se
planteaba ya en Aristóteles quien dijo en su Poética aquello de que “no es
obra de un poeta el decir lo que ha sucedido, sino qué podría suceder, y lo que
es posible según lo que es verosímil o necesario”.
Con
el Renacimiento, los neoaristotélicos se devanaron los sesos con esta sentencia,
pero nunca llegaron a ponerse de acuerdo por completo. La cuestión no era
baladí para la moralidad de la época. Piénsese, por ejemplo, en la reacción de
los primeros lectores de Lazarillo de Tormes, que carecieron de indicio alguno
para saber si aquel libro era la verdadera historia de un pícaro contada por él
mismo o la ingeniosa invención de un escritor. Por eso, la apariencia de verdad
con la que se presentaban los libros, aprobados por la Iglesia y avalados por
el mismo rey, se convirtió en un problema moral.
La ficción,
entonces, era planteada como un reflejo distorsionado de la realidad que venía
a poner en peligro la autoría de la verdad. Recordemos que las fronteras de lo
literario nunca han estado bien delimitadas y toda palabra escrita era
considerada portadora de verdad.
Cervantes
planteó a sus lectores un cambio radical en los modos de acercarse al texto
literario. La propuesta se condensa en las palabras del licenciado Peralta tras
la lectura de “El coloquio de los perros” y dice así:
“Aunque este coloquio sea fingido y nunca haya
pasado, paréceme que está tan bien compuesto que puede el señor alférez pasar
adelante con el segundo.”
Desde ese
momento, la literatura empezaba a bastarse a sí misma, sin necesidad de acudir
a ninguna justificación moral, teológica o filosófica. En consecuencia, el
autor podría ejercer su libertad más allá de cualquier categoría poética o retórica
con el único fin de divertir a sus lectores.
Habíamos llegado al origen de la
novela moderna.
Mucho ha
llovido y se ha escrito desde entonces. La narrativa ha experimentado cambios y
ha evolucionado en distintas direcciones, pero la base planteada por Cervantes
ha permanecido inmutable.
Volviendo a nuestros días y recapitulando, concluiremos que todos somos narradores, pero no todos literatos. Narramos por necesidad y creamos ficción por deseo. Y en cualquiera de las situaciones, ha de establecerse un pacto entre escritor y lector. El pacto de la verosimilitud o congruencia.
Volviendo a nuestros días y recapitulando, concluiremos que todos somos narradores, pero no todos literatos. Narramos por necesidad y creamos ficción por deseo. Y en cualquiera de las situaciones, ha de establecerse un pacto entre escritor y lector. El pacto de la verosimilitud o congruencia.
La cuestión
está, ahora, en averiguar cuánto de uno mismo hay en lo que escribimos, dónde
está la frontera de la verosimilitud y la autenticidad. Y es que, ya seamos
poetas, dramaturgos o novelistas, ya inventemos mundos oníricos o nos
desnudemos en una metáfora, siempre hay algo de nuestro ser que se filtra en
nuestros textos.
La pregunta que lanzo al aire es:
¿En qué medida un poeta es más veraz y más sincero que un novelista? ¿Acaso no
somos todos fingidores, como decía Pessoa?
Esther Garboni, 23 de abril de 2013.
martes, 23 de abril de 2013
CELEBREMOS EL DÍA DEL LIBRO
¡Celebra el día del libro conmigo!
Hoy, 23 de abril, participo en un recital-coloquio,
junto con los poetas Jesús Tortajada, Víctor Jiménez, Enrique Barrero, Inés María Luna y David González Lobo, entre otros,
que tendrá lugar a las 20:00 horas,
en la Biblioteca de Las Columnas de Triana.
La velada estará amenizada
por el acompañamiento musical de Juan Carlos Durán.
viernes, 22 de marzo de 2013
NACER
Todo empieza de nuevo
del mismo modo en que acaba.
Antes de que amaneciera,
alguien se había ido,
pero al anochecer,
ella ya había llegado.
Siempre habrá primavera.
También cuando yo me vaya
y ella agarre mi mano
como lo hace ahora.
miércoles, 20 de marzo de 2013
21 MARZO. DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA
RECITAL DE POESÍA A CARGO DE:
Rafael A. Téllez
José Julio Cabanillas
Esther Garboni
Juan José Espinosa
Nuria del Saz
Jesús Tortajada
Inés Mª López
Mª José Collado
Músico: Juan Carlos Durán
Organizan: Excmo.Ateneo de Sevilla y María Girón.
En el Excmo. Ateneo de Sevilla, calle Orfila, 7.
20:00 horas.
viernes, 15 de marzo de 2013
Próximo recital
Juegos florales de primavera 2013
EXCMO. ATENEO DE SEVILLA
(Calle Orfila, 7)
Jueves, 21 de marzo, 20:00h.
miércoles, 6 de febrero de 2013
martes, 1 de enero de 2013
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