Los espejos no hacen distinciones, -dice mamá- guapos o feos,
a todos nos reflejan.
Nosotros, ya ves, nunca los vemos
sólo nos miramos a nosostros mismos
y, a veces, incluso nos disgustamos
por lo que en ellos vemos.
Una vez un espejo me ofreció una imagen
que quisiera recuperar,
pero ese préstamo sólo dura instantes.
Hay personas espejo -dice mamá- y nunca nadie los ve.
© Esther Garboni, 2010