Dame tu sombra fiel
en esta tarde de agosto
en que ya nadie queda.
en esta tarde de agosto
en que ya nadie queda.
Dame el cobijo
silencioso y sincero
de los hermanos.
Dame tu risa fresca
que canta al viento
y al alma ampara.
Dame la vida,
dame...
Prometo, a cambio,
ser la voz que te falta.
© Esther Garboni, 2006
1 comentario:
puede decirse sin duda que cumples las promesas, pues tu voz está cantando verdaderas maravillas que se ocultaban bajo la mirada de esta naturaleza. Sigue mostrándonos su imagen para que podamos ver los que estamos ciegos
Publicar un comentario