De pan blanco es tu alma.
Generosa es tu alma, generoso pan blanco.
De ardiente leche, tu boca: levadura y harina;
agua, azúcar y sal.
Hoy me atrevo a besarte,
Hoy me atrevo a besarte,
sin pensar que tus labios no son más que golosos
surtidores de almíbar.
Corro el riesgo inconsciente de perder la figura,
pues no engorda la grasa,
lo que engorda es amar.
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© Esther Garboni, 2006.
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